Objetivo Plan Marco

Queremos anunciar, de modo renovado, la novedad transformadora de la Buena Noticia de Jesús a toda la comunidad educativa, desde el carisma vicenciano, como proyecto de vida personal y comunitario, y como un compromiso por la justicia y con los más pobres.




jueves, 31 de marzo de 2011

Jesús y la mujer samaritana

Jn 4, 5-42
El don de Dios por José Antonio Pagola
Dios está cerca. La experiencia más importante para encontrarle es sentirse bien con Él, percibirlo como alguien que me acepta como soy. Cuando una persona sabe lo que es sentirse a gusto con Dios no lo abandona. Dice Jesús a la samaritana: «Si conocieras el don de Dios… le pedirías de beber y Él te daría agua viva».
Mucha gente no se comunica con Dios. Esta incomunicación con Él no hace a la persona más humana, ni da más fuerza para vivir. No ayuda a caminar por la vida de manera sana. Hay muchos caminos para comunicarse con Dios, y no todos pasan por la Iglesia.
Dios es invisible. «Nadie lo ha visto», dice la Biblia. Es un Dios escondido, pero, según Jesús, se revela, no a los grandes e inteligentes, sino a los «pequeños y sencillos».
A Dios es imposible explicarlo. No podemos hablar de Él con conceptos pero podemos hablarle y nos habla, aunque no abramos las páginas de la Biblia.
Dios es trascendente y gratuito. No está obligado a nada. Es Amor libre e insondable. Nadie queda lejos de su ternura, viva dentro o fuera de una comunidad creyente.
Podemos captar su cercanía en nuestra soledad. Todos estamos  solos ante la existencia. Esa soledad sólo puede ser visitada por Dios. Si escuchamos nuestro desamparo, tal vez percibamos la presencia del Amigo fiel que acompaña siempre.
Otras veces, lo podemos encontrar en nuestra mediocridad. Cuando nos vemos cogidos por el miedo o amenazados por la tristeza y el fracaso Él está ahí. Su presencia es respeto, amor y comprensión.
Podemos intuirlo en nuestras dudas y confusión. Cuando todo se tambalea y no creemos en nada, queda Dios. Dios entiende, ama, lo conduce todo hacia el bien.
Dios está en las experiencias positivas de la vida. En el hijo que nace, en la fiesta, en el trabajo bien hecho, en la pareja, en el paseo que relaja, en el encuentro amistoso.
«Dios está en todas partes.» Está siempre y en todo. Nadie está olvidado por su amor de Padre y en todos habita su Espíritu. Dios es un regalo para quien lo descubre. «Si conocieras el don de Dios… El te daría agua viva. »

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